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Es muy común que nuestros abuelos pierdan las ganas de comer a este trastorno se le conoce como hiporexia; existen varias razones por las cuales el adulto mayor lo hace, acá te explicaremos algunas de ellas y que podrías hacer para contrarrestar esta situación la cual podría ser perjudicial para la salud de nuestros abuelos sino se atiende a tiempo.

Uno de los motivos por los cuales nuestros ancianos pierden el apetito es debido a los fármacos o tratamientos que toman para tratar sus diferentes patologías, los cuales muchas veces hacen que pierdan o disminuyan los sabores y olores de las comidas y por ende el gusto de comer. Entre otras cosas la enfermedad del Alzheimer provoca el olvido y ganas de comer.

Otra causa y unas de las más cotidianas es que muchas veces el adulto mayor entra en un estado de depresión, ya sea por su situación (soledad, problemas, sentirse abandonado, perdida de seres queridos) , y este mantiene sin animo de nada e incluso de comer. Otra de las causas comunes de la hiporexia, es de carácter social, ya que cuando los ancianos se distancian o aíslan del ambiente que les rodea de forma involuntaria como puede ser el ingreso hospitalario de gente querida o de ellos mismos, o el cambio de hogar donde no puedan recibir las atenciones y cuidados que necesitan.

La falta y disminución de actividades físicas hace que el gasto energético sea poco y reduce las ganas de comer

Se debe vigilar la falta de apetito de los ancianos ya que si está desencadena en una desnutrición y así ellos no podrán reponerse a la enfermedad y es posible que necesiten hospitalización. Se recomienda siempre acompañarlo en la hora de la comida, y no presionarlo a que coma sino mas bien ofrecerle un menú atractivo para él.

Lo primero que debemos hacer es controlar la ingesta de calorías que toma el anciano, debemos tener en cuenta que es mejor  repartirlas en 5 o 6 tomas con poco volumen o cantidad de comida, pero si debemos incluir en la dieta alimentos muy nutritivos y que aporten mucha energía. Se deben enriquecer los platos con leche en polvo, caldos, huevo, etc. Ya que de esta forma conseguiremos aumentar el valor energético del plato, pero sin aumentar la cantidad de comida a ingerir.

Es conveniente que los alimentos que se sirvan a los afectados sean de fácil masticación y que no estén muy calientes, ya que los alimentos que se ingieren a una alta temperatura sacian más que los que están a una temperatura tibia.

También es importante que se motive el apetito de adulto mayor, para que le apetezca la comida que va a comer, por lo que debemos incluir alimentos del gusto o apetencia del afectado y darle la comida nada más le apetezca aunque se salga del horario establecido.

No olvidar siempre y ante cualquier cambio llevar a nuestro adulto mayor donde su médico y nutricionista para que determine si es necesario suplementos alimenticios y vitaminas o jarabes para abrir el apetito o cambio de algún medicamentos.